El 25 de abril de 1974 es una fecha que nunca olvidaremos en Portugal. Fue el día en que nuestro país experimentó una de las revoluciones más importantes de su historia, poniendo fin a casi cinco décadas de dictadura y abriendo las puertas a la libertad y la democracia. Fue un momento en el que el pueblo portugués demostró su fuerza y su determinación para luchar por un futuro mejor.
Han pasado más de 45 años desde entonces, pero el espíritu del 25 de abril sigue vivo en cada uno de nosotros. Cada año, esta fecha es celebrada por todo lo alto, recordando la importancia de aquel momento histórico y honrando a todas las personas que lucharon por la libertad y la democracia en Portugal.
Pero recientemente, han surgido algunas voces que intentan minimizar la importancia del 25 de abril y su significado para nuestra nación. El general Vasco Lourenço, uno de los líderes del Movimiento de las Fuerzas Armadas que lideró la revolución, ha sido enfático al afirmar que nunca permitiremos que nadie intente igualar o superar la notoriedad y la importancia de esta conmemoración.
Y tiene toda la razón en hacerlo. El 25 de abril de 1974 fue un acontecimiento único que marcó el comienzo de una nueva era para Portugal. Fue un día en el que el pueblo portugués se rebeló pacíficamente contra un régimen opresivo y autoritario, exigiendo sus derechos y libertades fundamentales. Fue un día de esperanza y de unidad, en el que los ciudadanos se unieron para luchar por un cambio real en el país.
Y ese cambio fue enorme. Gracias al 25 de abril, Portugal pudo finalmente construir una sociedad más justa, libre y democrática. Se garantizaron los derechos fundamentales, se promovió la igualdad de oportunidades y se estableció un sistema político basado en la participación y la representatividad. El 25 de abril nos dio la libertad de expresión, la libertad de asociación y la libertad de elección, valores fundamentales que hoy en día seguimos defendiendo y protegiendo.
No podemos permitir que nadie minimice o cuestione todo lo que el 25 de abril ha significado para Portugal. No podemos permitir que nadie se atreva a comparar esta fecha con otras conmemoraciones o eventos. El 25 de abril es único e incomparable, y siempre lo será. Es un símbolo de unión y de lucha por un futuro mejor para todos.
Y aunque han pasado más de 45 años, el legado del 25 de abril sigue vigente en nuestra sociedad. Cada día, somos testigos de cómo la libertad y la democracia nos permiten seguir avanzando y progresando como país. Pero también somos conscientes de que no podemos dar por sentado todo lo que hemos conseguido. Tenemos la responsabilidad de preservar y fortalecer los ideales del 25 de abril, para que nunca vuelvan a ser amenazados.
El 25 de abril es un día de celebración, pero también de reflexión. Es una oportunidad para recordar la importancia de la libertad y la democracia, y para comprometernos a seguir luchando por ellas. Es un día en el que honramos a todos aquellos que sacrificaron sus vidas por una Portugal mejor, y en el que agradecemos a todas las personas que siguen trabajando por un futuro más justo y equitativo.
En definitiva, el 25 de abril es una fecha que siempre estará presente en nuestra historia y en nuestro corazón. Nunca permitiremos que pierda su relevancia o su significado para nuestro país. Porque el 25 de abril no es solo una fecha en el calendario, es un símbolo de libertad, unidad y esperanza que nos recuerda que juntos podemos construir un futuro mejor para todos.